Los odiosos 8 se estrenaba en 2015, ya a esas alturas de siglo 21 a Ennio Morricone, considerado por muchos el mejor compositor de bandas sonoras de la historia del cine, le habían dado todos los premios honoríficos habidos y por haber. Por un lado, en el caso de algunos de esos premios, como forma de mutilar su sentimiento de culpabilidad al no habérselo entregado en ningún momento de su dilatada y exitosa carrera, y por otro lado, en el caso de muchas de esas estatuas, para reconocer una carrera profesional que daban ya por terminada; dando por hecho que lo mejor de Morricone estaba ya escuchado.
Fue en esos años que llegó Tarantino por cuarta vez a la vida del compositor. Por cuarta y última, aunque se presumía que la última iba a ser la tercera en la que colaboraron, que fue en la película Django desencadenado. Y digo tal cosa, porque fue tremendamente mediática la crítica y el descontento del italiano que, en la Universidad LUISS de Roma -su ciudad natal- expresó que no volvería a trabajar con el cineasta porque utiliza su música sin coherencia en las películas -propio de Tarantino e identificativo de su estilo y sentido del humor- y porque los plazos de entrega eran absolutamente frenéticos. Aún así Tarantino, con verbo y arte, retomó la confianza del nonagenario artista para componer una banda sonora que significaría su primer y único Óscar entre tanto premio honorífico que parecía querer obligarlo a anunciar el retiro y sentarse a mirar la vida desde la ventana de un asilo.
Tras el estreno de Los odiosos 8, la revista Playboy volvió a sacar en portada las declaraciones de Morricone criticando la forma de trabajar de Tarantino. Intentando la revista, manipular y haced entender a sus lectores que esas declaraciones eran actuales, y que para Morricone había sido otro verdadero suplicio trabajar con el director nuevamente. Morricone salió a desmentirlo, alabó a Tarantino y se sintió orgulloso de su trabajo en la película que le hizo ganar el único premio Óscar de su carrera.
The hateful eight
No exagero si reconozco que Tarantino ha dirigido películas mejores, pero que esta es para mí sin duda su película con mejor fotografía. Además de disfrutar la madurez y destreza con la cámara de uno de los directores más en forma del siglo 21. Ver este western nevado y rodado en 8mm es un regalo para los sentidos del espectador. Vestuarios sobrecargados ya no solo de prendas para protegerse del frío, sino también de personalidad. Sombreros oscuros llenos de nieve blanca en sus cabezas, bocas humeantes a causa del frío, copos de nieves sobrevolando cada escena, incluso introduciéndose entre las maderas de los establos. Todo ello formando una fotografía inolvidable de un lejano oeste nevado pero bien es cierto que rodado y transcurrido la mayor parte de su metraje en el interior de un hostal.
No es común ver películas desenvolviéndose en un único espacio cerrado. Y que duren casi tres horas menos aún. Y que sean tan buenas como esta, todavía menos. Tarantino consigue entretener al espectador durante tan largo espacio de tiempo gracias a un guión que vuelve a brillar, como es común en sus películas, con algunos de los mejores diálogos que ha firmado en su carrera. Plagados de verborrea y rodeos como es común en él, pero aún así aportando con cada intervención de los personajes dosis de tensión, información para resolver el thriller y/o para indagar en la psicología de los personajes. Además visualmente se mantiene atractiva también durante las escenas interiores, ya no solo por la fotografía brillante de encuadres perfectos y rica escenografía, sino también por sus diferentes escalaridades de plano, incluso llegando a utilizar en una de las escenas un primer plano inolvidable con Samuel L Jackson mirando a cámara mientras realiza uno de sus más destacados monólogos de la película. Además, utiliza movimientos de destreza envidiable, con travellings vistosos que utilizan la técnica del contrafoco firmando planos que sin necesidad de palabras dicen todo. Como es, por ejemplo, el utilizado con Daisy y la cafetera, rodeándola para acabar encuadrandola con la envenenada cafetera en un juego de foco contra foco.
Tarantino sigue mostrando ese crecimiento como director en la que sería su siguiente película Érase una vez en Hollywood, donde reinventa el plano contra plano en una escena que analizamos hace unos meses en Café Western (https://cafe-western.blogspot.com/2020/07/analisis-escena-rick-dalton-olvida-el.html).
La escena de la película
"Now, that was a nice dance". El sadismo y la violencia más cruel desatada. El argumento de ritmo sostenido durante dos horas consigue un estallido final de media hora de metraje donde la muerte de todos y cada uno de los personajes es disfrutado a labio relamido. Me quedo sin dudarlo con el ahorcamiento de Daisy Domergue, y ese movimiento vertical de la cámara recorriendo su cadáver ahorcado hasta finalizar encuadrando el brazo esposado a ella del cazarrecompensas La horca. El último plano de la película con el cadáver colgando de Daisy y los dos cuerpos desangrados del sheriff y Warren en segundo término, es sin dudarlo, el desenlace visual perfecto de este baile cinematográfico de tres horas, con unos últimos compases donde se disfruta y mucho del Tarantino más desatado.
Tarantino amenaza, los espectadores se asustan
Tarantino amenaza, tras su décima película se retira del cine. Mala noticia, porque demostró seguir siendo el mejor en el verano del 2019 con Érase un vez en Hollywood, firmando la que para mí es, junto con Pulp Fiction, su mejor película. Los odiosos 8, en un guiño y juego evidente con los números, fue su octava película, la anteriormente mencionada, su novena película, y por lo tanto la próxima es su décima y última. Aunque bien sea dicho e interesante sea mencionarlo, que poco faltó en su momento para que la octava no fuera rodada.
Todo sucedió cuando el guión fue filtrado en internet. Listo y finiquitado ya para rodar, con su presentación, nudo y desenlace. La desilusión y enfado gobernó a Tarantino durante algunos meses a causa de esta filtración, llegando a declarar que el rodaje quedaba anulado y que la película nunca sería estrenada. 4 meses después algunos de sus actores principales, como es el caso de Samuel L Jackson y Kurt Russell, realizaron una lectura de guión pública. Tal evento tuvo gran acogida, y Tarantino tomó la decisión que todos deseaban: la película se rodaba. Realizó cambios en el final para evitar spoilers sin piedad, y acabó estrenando su octava obra. La cual agradecemos y disfrutamos.
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