Searching, atrevido debut de Aneesh Chaganty


En un arte que, a pesar de joven, parece que ya en él todo se ha contado, y en un género tan prolífico como el thriller donde prácticamente no hay director que ciñéndose a sus estructuras narrativas no haya rodado; es reclamado para cualquier director que quiera pecar de creativo -bendito pecado- contar la historia con la frescura visual y narrativa necesaria para sorprender al público ya resabiado.

Aneesh Chaganty, debut con descaro

El joven Aneesh Chaganty debuta con descaro y estilo propio en un suspense visto, vivido y disfrutado o sufrido sin salir de la pantalla del ordenador. Película estrenada en 2018, rodada en 12 días pero montada en 2 años. Siendo enormemente laboriosa la creación y animación de las diferentes pantallas de ordenador (redes sociales, webs varias, medios digitales,etc.) que son la única ventana que tiene el espectador para asomarse a contemplar la trama. 

Forma audiovisual de mostrar la historia que es elogiable en su originalidad y frescura pero que no merece ni un aplauso más ni uno menos. Ya que la fórmula limita el desarrollo de escenas argumentalmente de rabioso atractivo y encierra en los marcos de la pantalla plana el desenvolvimiento de los personajes y las interpretaciones de los actores.

No obstante, Chaganty rentabiliza al máximo todas y cada una de las variantes que un dispositivo con acceso a internet puede ofrecerle para contar la historia de un padre que busca la pista de su hija y, además, consigue con sutileza pero contundencia martillear las mentes con el dibujo real de la relación humana con internet. Distinguiéndose como real el resultado de la búsqueda paternofilial en las redes sociales de su hija, siendo tal resultado que, entre tanto follower, friends hay pocos. Y que, a pesar de que vean y den like a las fotos de Margot día sí y día también, a penas la conocen. Y sus muestras de preocupación y dolor compradas como sinceras, no son más que falsos sentimientos de personas hambrientas de fama virtual.

12 días de rodaje y dos años de montaje 


El trabajo de montaje es brillante, al margen del abrazo de recuerdos que te da el opening de la película mostrando un sistema operativo de ordenador que es testigo de los primeros coqueteos con la masturbación de la generación de los 90´ y de la muerte de los videoclubs con las descargas interminables en Emule. 

Estruja las posibilidades emocionales que puede transmitir el sistema operativo. Inolvidable la escena de las llamadas desesperadas de Margot contrastando con el relajado salvapantallas fruto de la inactividad después mostrada en la videollamada donde vemos a Kim durmiendo profundamente por última vez en la noche previa a los peores días de su vida.  Representativa la imagen de la pantalla de ordenador de Margot absolutamente llena de carpetas y documentos, apariencia totalmente opuesta a la pulcritud con la que lucía hacia unas horas, y perdida fruto del desesperado primer día de búsqueda de su padre.

Siendo la navegación por internet raíz de numerosos sonidos repetitivos y reconocibles, los montadores Will Merrik y Nicholas D. Johnson aciertan encabalgando muchos para que el paso entre acciones de rastreo informático sea lo más dinámico y armonioso posible. Y además aciertan cuando no deben hacerlo, dejando lado al silencio. Conmovedor y motivo de piel de gallina el encendido del personal computer de Margot, cuando en el enternecedor descubrimiento de que una foto con su difunta madre es su fondo de pantalla, se respira silencio al tempo necesario para la sútil transmisión de dolor empático en el espectador.


Guión soportado con gatos hidráulicos

No hay película de género thriller sin falsos finales igual que no hay comedia sin risas (aunque algunas aún así se estrenan, el género al que realmente pertenecen se desconoce y algún día será estudiado y resuelto). Siendo esa estructura narrativa tan recurrente en el tramo final de cada thriller, acaba siendo evidente que el primer final que nos venden no lo compra nadie, pero es tarea del director que en su construcción llegue a generar intriga.

En Searching hay más finales falsos que en un combate de wrestling, y el problema es que alguno de estos se queda por el camino aún siendo más real y creíble que el propio definitivo final de personajes desdibujados por sus actos surrealistas.

A pesar de todo y con todo, experimento cinematográfico interesantísimo del joven director Aneesh Changanty que obliga a poner atención en el estreno pospuesto y sin fecha definitiva -situación tristemente recurrente en el cine de ahora por motivo de la pandemia- de su segunda película titulada Run (Mamá te quiere en España).

















No sigas bajando. Aquí no hay falsos finales. Se acabó la crítica. Gracias por leer Café Western.




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